Los bancos de Wall Street, informa Financial Times, aconsejan cada vez más a sus homólogos y a los prestamistas que reestructuren sus contratos o busquen otras entidades mientras se preparan para la potencial salida de un país de la Zona Euro. Mediante el uso de coberturas, como los CDS, la banca estadounidense ha reducido su exposición neta a los países problemáticos de la región y, al mismo tiempo, se está asegurando de no recibir sus pagos en unos devaluados dracma o peseta si algún país abandona la moneda única.
La Zona Euro continúa siendo la principal preocupación de los ejecutivos del sector financiero norteamericano, incluso por encima de la debilidad de la recuperación de su propio país. Así, estos han ajustado su exposición a España, Portugal, Italia, Irlanda y Grecia a niveles que van de los $5.400 millones de Morgan Stanley hasta los más de $20.000 millones de JP Morgan, cantidades “manejables”.