Razones por las que los acuerdos de la Eurozona no funcionarán
La revista Harvard Business Review (HBR) publica en su edición online un artículo donde enumera las tres razones por las que los acuerdos del Eurogrupo no llegarán a buen puerto. Para la publicación, la idea de recapitalizar los bancos para romper el vínculo entre el sistema financiero y la solvencia soberana «se desinfla» mientra se ultiman «los detalles finales».
En primer lugar, el Mecanismo de Estabilidad Europea (MEDE) todavía no es lo suficientemente grande como para hacer solventar los problemas de los países periféricos colectivamente. Además, este fondo no puede ser el prestamista de última instancia, ya que sus desembolsos están sujetos al veto de los Estados contribuyentes. Según Harvard Business Review, el verdadero prestamista de última instancia debería ser el BCE.
La falta de voluntad del BCE para cumplir estas funciones podría cortar el acceso a los mercados de España e Italia si regresa la percepción de que el soberano no puede garantizar eficazmente el respaldo de su sistema bancario, independientemente de que se produzca una recapitalización a corto plazo.
En segundo lugar, aunque el MEDE contase con fondos suficientes, no está nada claro cómo va a recapitalizar a los bancos zombies. Muchos países han tomado grandes participaciones de capital en sus bancos entonces, ¿el mecanismo de Estabilidad comprará las participaciones bancarias en manos de estos gobiernos? Y si es así, ¿a qué precio?, se pregunta la publicación.
Austeridad
En ultimo lugar, la relación entre la deuda y el PIB de los países más importantes dentro de la zona euro es cada vez «más frágil», señala HBR, incluso aunque el Mecanismo de Estabilidad lograse su objetivo. Mientras la austeridad impuesta por Alemania sigua liderando la zona euro, donde los salarios a la baja y los ajustes de los precios son parte de la fórmula impuesta, el ratio de deuda respecto al PIB «seguirá aumentando, no disminuyendo», asegura la cabecera.
A su vez, una mayor austeridad, provocará que las economías del euro se contraigan aún más y pongan en peligro los balances de los soberanos y sus bancos.