Niño Becerra: España no puede pagar lo que debe
Para aquellas/os de Uds. que estén familiarizadas/os con la Historia reciente de Cuba sabrán que se denomina ‘Período especial’ a la fase que media entre 1991 y 1994 (en realidad fue bastante más larga) caracterizada por el derrumbe de la economía cubana -el PIB se hundió el 35%- lo que obligó a draconianos recortes en todo tipo de servicios y suministros. La causa de esta catástrofe reside en la dependencia de Cuba de la URSS y en el embargo que padece la isla por parte de USA, embargo que se incrementó en estos años. Lentamente se fue produciendo una recuperación hasta que en el 2007 el PIB cubano alcanzó los niveles previos a 1992 (para luego caer, pero esa es otra historia).
He recordado esto tras leer las palabras que el pasado día 9 pronunció la Sra. María Dolores de Cospedal cuando se refirió a las medidas que el Gobierno formado por miembros de su partido van a adoptar en los próximos días y que se sumarán a las que tomaron semanas atrás; de «circunstancia excepcional» calificó el momento la Secretaria General del partido en el Gobierno y presidenta de Castilla-La Mancha.
‘Circunstancia excepcional’. Habrán leído la batería de medidas que se está barajando exigir a España a cambio, así se ha vendido, de prorrogar un año más los compromisos de déficit que el reino firmó. Unas medidas tremendas, empobrecedoras, que drenan y no aportan porque muy poco hay en que aportar.
España se está mexicanizando por el lado del quehacer económico, del día a día cotidiano, pero también se está grieguizando por el del quehacer estructural. No hay más, es lo que hay: España no puede pagar lo que debe porque ni siquiera genera lo suficiente para vivir el momento, por lo que nunca, hasta donde la vista alcanza, va a poder pagar eso que debe. Es un tema de modelo, una cuestión de su subestructura, de su realidad.
A España le van a suavizar sus compromisos de déficit. Yo lo leo de otra manera. España, al igual que veinticinco países de la UE, ha de llegar a un déficit estructural del -0,5% en el 2020, y lo que a España le va a fabricar la Comisión Europea es un plan para que llegue a ese porcentaje. Ahora bien, teniendo en cuenta que España va a crecer lo que puede crecer y va a crecerlo como puede crecerlo, está diáfanamente claro de qué manera va a alcanzar España ese -0,5%: mayoritariamente a base de subir impuestos indirectos a aquella parte de la ciudadanía que ni remotamente pueda escapar a su pago, podando y podando gasto público a fin de liberar unos menguantes ingresos, y haciendo lo que se le diga para compensar la pérdida de unos fondos europeos que España estuvo recibiendo y que se fueron para no volver: anualmente el 0,9% del PIB.
Hagan números. España cerró el año 2009 con un déficit de 11,2% y todo el mundo recordará lo que tuvo que pasar para llegar al 9,2%, el déficit con que España acabó el 2010; en sus memorias conservarán lo que sucedió para alcanzarlo. Y el 2011 tras ajustes y rectificaciones se cerró en el -8,9%, y también recordarán que aconteció. Ahora nos dicen que España tiene que llegar al -2,8% en el 2014, es decir, que con respecto al 2011, España tiene que aumentar-impuestos / podar-gastos por valor de más de 60 mM€. Teniendo en cuenta las expectativas de crecimiento que España tiene: negativo este año y el siguiente, ¿pueden imaginarse en qué estado se hallará España en dicho año?.
Y a todo esto se añade un hecho totalmente cualitativo pero con hondas repercusiones (y por el que Cuba no pasó): España ha dejado de estar de moda. Un hecho cualitativo, decía, que se manifiesta de forma también cualitativa, por ejemplo, habiendo perdido la silla que España tenía en el BCE.
Ya se lo he comentado: pienso que el fracaso de la Revolución cubana radicó en su imposibilidad para liquidar la dependencia exterior de Cuba: de la dependencia de USA se pasó a la dependencia de la URSS. Cierto: el ciudadano cubano medio vivió mucho mejor entre 1962 y 1990 de lo que había vivido hasta entonces, pero lo que eso supuso seguro que no había entrado en los planes de El Comandante y de su gente. En España, entre 1992/1995 y el 2006 no se dio una revolución como la cubana, pero si una situación en la que convergieron una serie de factores que generaron una realidad ficticia y fabricada y una enorme dependencia exterior que desvirtuó de forma absoluta la genuina realidad española: que España es lo que es y puede llegar adonde puede llegar.
Y como a Cuba ahora le llega a España su Periodo Especial.
(Por cierto, a las referencias que realizó la Sra. María Dolores de Cospedal al exceso de empleados públicos existente en España o a superabundancia de ayuntamientos, o las que hizo el Sr. Ministro de Hacienda a los niveles de fraude fiscal que padece España, podría hacerse un comentario. Entre 1996 y el 2004 estuvo gobernando el partido por el que ambos actualmente gobiernan, y entre este último año y el pasado ese partido dispuso de una posición opositora tremenda. ¿Por qué, en el primer período, no abordaron esas cuestiones que ahora denuncian?, y ¿por qué, durante su etapa opositora, no se quedaron afónicos denunciando esas aberraciones a las que ahora se refieren?).
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.