Niño Becerra: España esta mucho peor de lo que parece
Donde estamos, claro, pero, ¿dónde es eso?. Pues en un lugar muy obscuro, muy negro, y con unas expectativas por delante muy difíciles aunque no incluyen el fin del mundo. El texto sobre España publicado por el FMI el pasado día 15 lo pone de manifiesto. ¿La ventaja de cosas como estas?: que a estos niveles cada vez se difuminan menos las cosas, otra cosa es lo que se quiere que llegue a la ciudadanía y lo que esa ciudadanía quiera saber.
Bien, ¿qué dice el Fondo?, pues esto:
- El Gobierno debería incrementar, ya, el IVA. Lo que no queda claro es si debe hacerlo para compensar la caída de la recaudación fiscal que se está produciendo como consecuencia del derrumbe de la actividad económica o realmente para aumentar los ingresos fiscales y hacer frente a un déficit que ni el FMI ni la CE piensan que España va a poder cumplir.
- Debe reducirse la remuneración que perciben los funcionarios (se entiende que los empleados públicos en general). Tampoco queda clara la razón: ¿es porque cobran demasiado teniendo en cuenta que entre reducciones, congelaciones y disminuciones de festivos algunos ya llevan una disminución de ingresos del 20%, o porque no va a haber ni un puto duro para pagarles con lo que el cumplimiento del déficit aún se hará más complicado?.
- Debe suprimirse la recién reincorporada deducción por la compra de vivienda. ¿Debe ser así porque tales deducciones suponen menos ingresos fiscales en un momento en el que lo fundamental debe ser pagar lo que se debe, o porque con deducciones o sin deducciones no se va a vender ni un piso y cosas como esas, en esos momentos, crean mala imagen?.
- No le gusta nada, pero nada, al FMI la amnistía fiscal aprobada, y exige que no haya más. ¿Será porque la pasta que va a salir a la luz va a ser una nimiedad y eso de amnistías a los ricos que defraudan queda muy mal en momentos como los actuales?.
- Cuando el déficit ya se haya encarrilado las cotizaciones sociales deberían reducirse. Lógico: como las pensiones también deben reducirse y van a reducirse, ello justifica que lo hagan las cotizaciones: es una vieja fórmula: se disminuye el gasto por lo que puede disminuirse el ingreso que lo alimentaba.
- El Fondo es partidario de llevar hacia adelante las privatizaciones, lo que tiene mucha lógica a fin de obtener dinerito que asegure parte del pago de lo que se debe y aunque suponga la descapitalización del país (y al margen de las consecuencias que experimente la calidad del servicio: es archifamoso el estudio que demostró fehacientemente el empeoramiento de la calidad del servicio de distribución de agua en Inglaterra una vez que fue privatizado por Margaret Thatcher).
- Muy, pero que muy preocupado se siente el FMI por la salida de capitales, depósitos y fondos varios que se está produciendo en España, y no es para menos que lo esté. Esas salidas son la muestra de que la confianza en España, en su economía, en su sistema bancario, en sus instituciones, se está rompiendo, y ya saben lo que sucede con la confianza: se confía en alguien o no se confía, pero si se confiaba y la confianza se quiebra, en la mayoría de los casos no hay Loctite en el mundo que la recomponga.
- También le preocupa al FMI la reducción de la deuda privada que se está experimentando en España, cosa que puede sorprender, pero no si se va más allá. La deuda privada se está reduciendo porque aunque la impagadosidad está aumentando quienes aún pueden pagar lo que deben, pagan, y no solo eso: muchos de quienes pueden están reduciendo deuda aceleradamente. Esto estaría bien si se adquiriese deuda nueva a fin de continuar con los procesos de consumo e inversión, pero eso no sucede porque las entidades financieras desconfían de todo el mundo y porque ahora cada vez más personas físicas o jurídicas prefieren deber poco o, mejor aún, nada. Algo así es genial pero como se sigue llevando puesta la gorra del antiguo modelo, si no hay deuda no hay consumo y no hay crecimiento; en cualquier caso, que podría esperarse: las rentas están cayendo, el desempleo aumentando y los salarios disminuyendo; si encima el ahorro cae …
- Podría parecer un contrasentido en base a todo lo dicho, pero no lo es: el FMI se dice preocupado por los efectos que los recortes de gasto público van a tener en la economía. Decía que no es un contrasentido porque lo preocupante es que por el lado privado esos recortes no se van a ver compensados a través de un mayor gasto fruto de una mayor actividad, es decir, el gasto público caerá y nada lo va a sustituir, por lo que lo que en el horizonte apunta -más- es una crisis de sobreproducción: excedentes de oferta no colocables en el interior y a esperar que puedan ser exportados (cosa difícil según el Informe de Primavera elaborado por el propio FMI y publicado a mediados del pasado mes de Abril).
- España necesita ‘reformas estructurales’ (complicado concepto si no se conoce), ¿para qué?, pues para reducir su gasto público: pensiones, subsidios, …, y para que puedan disminuir los salarios, los impuestos y las cotizaciones sociales que pagan empresas a fin de ganar alguna competitividad y poder exportar alguna cosa ya que la demanda interna se va a hundir más de lo que se ha hundido.
- Y, ¡cómo no!, el Fondo dice que España debe aumentar su productividad; y ¡cómo no!, no dice que en términos ‘España’ es imposible debido a la estructura del PIB que España tiene y que no compensa a la mayoría de empresas invertir: lo único que, de verdad, puede conseguir que la productividad aumente.
- Y todo ello ya: con urgencia urgente. Mañana, no, ¡ya!. La pregunta es obvia: ¿qué sabe el FMI que los comunes mortales no sabemos ni, según parece, debemos saber?.
Como colofón el FMI duda del plan de estabilidad presentado por España hace cuatro días. OK, España no puede cumplir ese plan, pero entonces, ¿por qué el FMI, la CE y todo bicho viviente admitió ese plan y no dijo: ‘No, Gobierno de España, no puedes cumplir con este plan; para la semana que viene nos presentas otro’?.
Mi impresión: la economía española se halla en una situación muchísimo peor de lo que hasta ahora parecía estar. Mucho peor. Agarrémonos a algo que no se mueva porque vienen olas gigantes.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.