Niño Becerra: Deustchland
Hace unos días recibí un mail de alguien que me contaba algo desde el sitio que sucedía lo que contaba. Este.
“En los pasados días ha escrito sobre Alemania, y como vivo allí desde hace varios años (en Múnich), pensé que le interesaría una opinión pegada al tema.
Tiene razón al describir a los Alemanes como ahorradores, y que mucho tiene que ver con la posguerra, en cualquier caso, los alemanes hacen distinciones entre las tribus germanas que ocuparon Alemania, según donde cayeron estas. De entre estas tribus, las que tienen fama de más tacañas son las del sur de Alemania, curiosamente, ahora las más ricas, antes las más pobres, y católicas.
«Un céntimo» en Alemania es algo importante, se comparan mucho precios y calidades (precio, calidad, imagen), y un céntimo es «muy importante», se pide un céntimo, se busca ahorrarlo, y por supuesto siempre se toma. (Aún así, hay mucha gente endeudada hasta las cejas, chalet, coche-caro, viajes,… como me decía un conocido de (nombre de una empresa asguradora)).
Ahí está Baviera, que hace 20 años (fuera de Múnich), todavía era racista con los Alemanes de otros sitios del país (en las zonas agrícolas no permitían que alemanes no Bávaros vistieran el traje regional, aunque esto ya ha cambiado).
Sobre el sentimiento de conjunto, de grupo «Alemán» es muy fuerte en toda Alemania, y hay una clara preferencia de lo alemán sobre lo de fuera, a lo que se pretende hacer de menos (se intenta poner siempre ejemplos malos de lo exterior o ningunearlo, perder es algo que se evita, o se evita mirar, hasta en los deportes). Un caso paradigmático son los anuncios con el lema «superior por naturaleza». Por ejemplo, se habla mal de unos transformadores que compra (nombre de una compañía que diseña y fabrica turbinas) a los italianos, mientras que se «ocultan» los accidentes de los trenes de (nombre de una empresa que diseña y fabrica ferrocarriles) (sus trenes, a diferencia de los de (nombre de otra empresa que también diseña y fabrica ferrocarriles) van por vía especial, necesitan una banda de rodadura especial para amortiguar los golpes de la rueda, con el problema de que esta banda que rodea la rueda, a veces se rompe, hace relativamente poco, un pasajero quedó empalado al romperse esta banda de rodadura y salir disparada atravesando el vagón).
Sobre la imagen de Alemania, la imagen de calidad, es algo que siempre cultivan (lo de echar piedras sobre la propia cabeza es algo solo de España). Esta «calidad» es muchas veces falsa, pero les ha dado muy buenos resultados, permitiéndoles vender más caro (por ejemplo, a mí, mi empresa me alquiló a otra turca como un experto en la materia de nuevo, cuando entré, a 1200 € al día, y como disponía de tiempo, pude ir aprendiendo y haciendo el trabajo, algo de lo que carecían los empleados turcos). Por supuesto, esta ventaja de imagen es una gran ventaja competitiva, otros deben vender a menor precio, y por tanto fabricar a menor precio, porque se les supone de menor calidad, y luego apañárselas para fabricar con buena calidad y luego demostrarla (además, a veces hay «concursos apalabrados» donde los contactos locales tienen «una relación de preferencia a largo plazo»).
Destacan sobretodo en que cuando intentan algo son perseverantes y concentrados, constantes (suelen ir al trabajo y hacer su parte, aunque intenten hacerla más pequeña, escaquearse, en jornadas laborales reducidas, aunque siempre harán la fachada de lo contrario; y los funcionarios trabajan), e intentan hacerlo bien o al menos, que eso parezca. La imagen es muuuy importante en Alemania (da buen resultado), además, tienen un gran sentimiento de grupo y suelen barrer para casa o aceptar algunas cosas por el bien del grupo (hay una clara preferencia por lo alemán, un directivo se extrañaba porque en España este sentimiento era menor, y la puerta estaba más abierta a lo extranjero; o que los hijos de extranjeros son a veces de segunda clase, caso de los turcos).
Sobre los alemanes, todos viajan por Alemania, viajen por Europa, o más lejos; y consideran que los viajes interiores son los más baratos, aunque a veces no sea así.
Lo que comentaba de que la generalidad del alemán vive bien, es cierto, y hasta los que recogen basura tienen sus ayudas. De los más de 7 millones en el plan de Harz IV, cobran los 480 € mes, más los pagos del alquiler, agua, calefacción, teléfono, luz, internet, sanidad, cursos,… (antes aceptaban extranjeros, ahora creo que ya no, o más difícil) y las familias de pocos recursos reciben ayudas muy fuertes por los hijos y la formación y para el alquiler de la vivienda. Eso sí, es todo un desprestigio estar en un programa de Harz IV, y algunos que están lo ocultan (los vagabundos,… pues no, pero nunca vi una pelea en Múnich, se insultan acercan a 2 mm, pero jamás se tocan,…).
En fin, espero que le haya sido interesante».
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¿Lo que ahora está diciendo el Bundesbank sobre que sí pero que no a la compra de deuda?, palabras de las que lo más interesante es el mensaje de que cada Estado se responsabilice de las consecuencias de lo que ha hecho o no ha hecho. Lo que está claro, pienso, es que va a ser que sí pero a cambio de muchas cosas, y desde luego no va a ser ‘Sin límite’ como dijo el Sr. Ministro de Economía del reino que debería ser. Y a los que les compren deuda no van a poder ni decir buenos días sin pedir permiso.
De todos modos esos que ahora dicen lo que dicen, ya saben: Alemania & friends dentro de nada les van a llegar los problemas: por ejemplo, cuando no puedan continuar manteniendo los niveles de gasto interno con los que ahora están comprando su paz económicosocial interna.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. La carta de la bolsa