En épocas económicas estables, lo que atrae la atención del ahorrador es la rentabilidad y, en segundo lugar, la liquidez. La seguridad del producto y de la entidad que lo emite suele quedar en último lugar.
Evidentemente vivimos un momento distinto, en el que la incertidumbre económica campa a sus anchas. Bancos nacionalizados e incluso en el punto de mira de su liquidación, productos tóxicos que bloquean el dinero o producen pérdidas muy importante al contratante y un largo etcétera de situaciones desfavorables para los intereses del ahorrador.
La seguridad tanto de la entidad que garantiza el producto como del vehículo de ahorro en sí pasan a primera plana en la mente del cliente.
La deuda pública española sería el producto más seguro para un perfil de ahorrador tradicional. No es menos cierto, sin embargo, que la incertidumbre ha llegado hasta este antes considerado activo sin riesgo. Cuando los tambores de rescate suenan, los ahorradores tiemblan.
La otra alternativa en cuanto a seguridad son……….Sigue >>>>>>>
Saludos y felices inversiones.