El mercado espera un rescate inminente
España ya se mueve en zona de rescate. Lo hemos conseguido. Tanta sandez de “no tenemos un problema de deuda pública” y “menos deuda sobre PIB que Japón” mientras hundíamos nuestra capacidad de repago en aeropuertos, estatuas, AVES y filfas. El Ibex se desploma, no se invierte en nuestros bonos y la prima de riesgo se sitúa en 610 puntos básicos. Pero no piensen que todo está descontado y que un rescate es bueno.
“No hay dinero”
El Estado español en 2011 recaudó 377.000 millones de euros, alrededor de 7.000 millones más que en 2009. Es decir, en plena crisis, con decenas de miles de empresas cerrando y un paro desbocado, la recaudación no solo se mantuvo en un monstruoso 37% del PIB, sino que ha aumentado. Yo calculo ingresos de 385.000 millones en 2012. O sea, que dinero, hay. Y liquidez, cientos de miles de millones prestados por el BCE. Lo que no hay es dinero para la burbuja de gasto público (político), que se ha disparado a 470.000 millones.
Todas las protestas, perfectamente legitimas, deben tener en cuenta ese problema. Los recortes de hoy vienen del exceso de ayer, porque es curioso que en toda la UE se le presuma “buena intención” al que quebró un país gastando y se le acuse de “mala fe” al que lidia con la factura. Sea del partido que sea. La percepción generalizada de que el dinero es gratis, que el gasto es bueno y el ahorro es malo.
Recorte del gasto político real ya
A lo mejor es cuestión de perspectiva. Decía Arthur Laffer que él reduciría el déficit en una hora. Yo soy más conservador. Que me dejen los presupuestos -el lápiz rojo lo pongo yo- y reducimos el déficit a cero en una semana. Cobro en bonos del Estado.
Lo que me aterra es que todo el mundo parece haber tirado la toalla. Es irresponsable llamar alarmista a quien alerta sobre nuestros problemas. De hecho, flaco servicio se le hace al país si seguimos con “estamos en el buen camino”, “necesitamos tiempo” y pensando que esto es coyuntural. Las subidas de IVA e impuestos no las van a “absorber las empresas sin afectar al consumo”. Porque no hay márgenes de donde rascar. Ya lo vimos en 2010 con la otra subida.
¿Nos resignamos a la intervención?
El mercado no “presiona a España”. No compra porque el riesgo de impago es altísimo. Fíjense el número de contratos negociados en deuda española. Menos de un 40% respecto al nivel histórico.
Desde el punto de vista del mercado, hay tres aspectos que preocupan enormemente, que nos diferencian de Italia y sitúan en el mismo riesgo que Grecia o Portugal, pero con una deuda corporativa –gran parte por enormes deudas de la Administración- varias veces superior:
. Que los gobiernos españoles siempre centren su esfuerzo en los ingresos (impuestos). El 61% de las medidas aprobadas suponen un incremento de los ingresos.
. Que los recortes no sean tales, sino desaceleración del aumento del gasto. Leo que las modificaciones en las prestaciones y retraso en la aplicación de la Ley de Dependencia “permitirán una ralentización en el aumento de los gastos cifrado en unos 3.024 millones de euros, dado que el coste de implantación de la misma había excedido el contemplado en la memoria de impacto económico de la ley”. Ralentización en el aumento de los gastos. Flipo.
. Que a pesar de ello el déficit se situará cerca del 6,5%, y se siga haciendo caso a asesores que dicen que el año que viene todo mejora, que las exportaciones nos sacan del hoyo y que hace falta tiempo para llevar a cabo los ajustes, porque ni va a mejorar, ni vamos a exportar para cubrir el déficit primario estructural -diferencia clave con Italia-, ni tienen tiempo.
La percepción de que ésta es una crisis coyuntural puede volver a ser un enorme error similar al de 2009 de “lo peor de la crisis ya ha pasado”.
¿Rescate? No, gracias. El ejemplo griego, portugués e irlandés
Hemos visto esta semana una desastrosa subasta de deuda que, a cierre de este artículo, ha puesto el bono a 10 años rozando el 7,2% y la prima de riesgo a 610 puntos básicos. ¿Rescate? ¿Que el BCE monetice nuestra deuda? ¡Qué buena idea!
Sin embargo, el rescate no conlleva nada positivo. No cuenten con que se desmantele el estado de las autonomías o que se cercene el gasto político. La propia Moody’s dudaba el jueves de que España tuviera ninguna posibilidad real de intervenir a las autonomías. De hecho, la propia Ley de Estabilidad Presupuestaria establece como correctivo “duro” un informe y apercibimiento al Presidente de la Comunidad. Cachete y al pupitre.
¿Rescate? Una vez que el bono a 10 años alcanza el 7%…
Desafortunadamente, el proceso de rescate –incluyendo ese “placebo” inútil que son las compras masivas de bonos por parte del BCE- ni solventa la crisis, ni calma, ni baja la prima de riesgo si no se reduce el gasto político, que es lo que no se tocó ni en Portugal ni en Grecia, y se retorna a la competitividad.
Grecia e Irlanda actuaron inmediatamente y pidieron un rescate. Portugal tardó más de cinco meses. En los tres casos, el bono a diez años se disparó al 8-8,5% cuando pidieron el rescate.
Pero una vez que el rescate se solicitó el bono a diez años solo siguió subiendo y las agencias de rating los rebajaron a bono basura. Ninguno de los países tuvo acceso al mercado de crédito.
Las pocas emisiones de deuda de Portugal y Grecia eran de tristes letras a 3-6 meses, e Irlanda volvió al mercado casi dos años después con papel de corto plazo y eso tras limpiar su sistema bancario de manera agresiva y cercenar el gasto. El bono a 10 años irlandés sigue al 6,3%.
El proceso de solicitud de pre-rescate a bono basura en el caso de los tres países duró entre cuatro y diez meses. A día de hoy, en ninguno de los países en los que se han llevado a cabo rescates se ha recuperado el crédito a la economía real. Ni siquiera en Reino Unido se ha recuperado el crédito tras su rescate a la banca.
La bolsa no descuenta un rescate
No hay valores “defensivos” con mucha o poca exposición a mercados emergentes y “bajo PER” cuando hay rescate. Las bolsas en Portugal y Grecia se desplomaron un 44% y un 65%, respectivamente, a pesar de las caídas previas. Y hay que tener en cuenta que, a pesar de lo que ha caído ya la bolsa, las empresas españolas siguen muy apalancadas, un 200% del PIB en deuda privada, que es en muchos casos por facturas impagadas del Estado.
El efecto de un rescate sobre las empresas españolas sería mucho mayor debido a las enormes necesidades de refinanciación de 2014, que suponen casi el 35% de todas las emisiones de bonos corporativos de Europa en ese año. Sin acceso al mercado de crédito se forzarían mayores ventas de activos, cortes de dividendos y despidos.
Y cuidado con el “ejemplo Irlanda”. La bolsa irlandesa es la única que se ha “recuperado” porque su índice es casi todo exportadores netos, poco endeudados, no tiene eléctricas y casi ningún banco cotizado (menos del 3% del índice), es decir, sin casi empresas sujetas al intervencionismo recaudatorio estatal. Y a pesar de ello, se desplomó.
“Rescate” significa recortar a lo bestia
¿Quieren que entre el BCE a comprar deuda? Empaquetar y esconder. No aprendemos del pasado y de la crisis ‘subprime’. ¿Qué ha conseguido la compra masiva de deuda portuguesa y griega para el BCE más que pérdidas latentes de 56.000 millones?, endeudar al BCE más que a ningún otro banco central… y ningún efecto positivo para la prima de riesgo y la economía de los países. “Aguar el vino” para que parezca que hay mas cantidad en el barril, como me decía un lector.
¿Que nos rescaten? No si miramos el ejemplo de nuestros comparables. Si les parece que lo que hay ahora es “austeridad”, cuando lo que hay es un modestísimo ajuste, un rescate en toda regla implica hachazos a todos los gastos sociales de verdad, a las pensiones, al número de funcionarios -no a sus pagas de Navidad-, subir la edad de jubilación, subidas de impuestos corporativos y personales mucho mayores y un desplome del PIB de entre un 3% y un 3,5%. No olvidemos que Irlanda, el “ejemplo bueno”, sufrió una caída del PIB del 7% de una tajada.
Rescate interno
Lo que necesita España es un rescate interno. Si “no hay dinero” y hay emergencia nacional lo que hay que hacer es, en consecuencia, aplicar esa emergencia y cancelar las ayudas a la banca, capitalizar su deuda contra sus accionistas, cancelar todas las subvenciones que entrega el Estado (empiecen por aquí y sigan con Fomento, Industria y otros), cerrar todas las diputaciones y gastos externos, que los políticos cobren un 50% de su sueldo en bonos del Estado, y cercenar el gasto ya. Inmediato.
No quiero un rescate porque no lo necesitamos si cortamos el gasto. No quiero que el BCE se infecte con bonos españoles a cambio de regalar soberanía porque podemos demostrar que invertir en deuda española es una buena decisión si adecuamos gastos a ingresos y dejamos de reclamar el impago y la “deuda odiosa”.
España puede salir de su problema, que era y es el gasto excesivo. Y entonces aflorarán las enormes cualidades positivas que tiene la economía española, con excelentes empresas, que puede seguir exportando y puede crear empleo si bajamos impuestos y atraemos capital, no si lo echamos.
No nos entreguemos a los prestamistas. Lo repito. El BCE y la troika no regalan, no rescatan, no apoyan. Prestan a cambio de muchos mayores recortes. Y no funciona. Solo empobrece. Está comprobado, como todas las intervenciones del FMI desde 1978. Daniel Lacalle – Cotizalia