Cuando trabajaba de trader profesional, hace ya algunos años de esto, uno de los principales retos de mi día a día era el de mantener un estricto control mental en mis operaciones.
No dejarse guiar por la avaricia o el miedo es un consejo que seguramente habrán leído en muchos manuales de inversión. Pero de lo que no se habla tanto es de la frecuencia idónea con la que se debe operar.
Un trader tiende a hacer honor a su nombre y a justificar el salario que recibe o el tiempo que emplea, operando más de lo que sería conveniente. Sentado frente a la mesa de operaciones creía descubrir oportunidades de trading constantemente, y sólo ese control mental me hacía ser cauto con mis primeros impulsos, y racionalizar la toma de decisiones. Pero créanme, no es……….Sigue >>>>>>>>>>>
Saludos y felices inversiones.