Niño-Becerra: Futuro de los salarios
España, respecto a los salarios, tiene tres problemas: 1) son bajos, 2) han perdido poder adquisitivo, y 3) los correspondientes a los contratos temporales se han degradado sensiblemente más que los de los fijos e indefinidos.
Los salarios en España son bajos porque la oferta de trabajo es superior a la demanda y por la estructura del PIB español. Para acabarlo de liar en España el problema se complica porque el modelo productivo español es intensivo en factor trabajo. Recordemos el motivo del nacimiento del contrato temporal: para reducir un desempleo inabsorbible, al menos ‘temporalmente’; fue a principios de los 80, lo que sucede es que la excepcionalidad se convirtió en norma: cuando mejor fue España la tasa de temporalidad superó el 30%.
España tiene una estructura productiva muy estacional, y no piensen sólo en los hoteles de playa. La estacionalidad es norma en España porque su modelo no es continuo. Son los servicios, pero es hasta el automóvil, y el Sector Público. En España se necesita que haya personas que trabajen 30 horas diarias pero durante unos meses, o unas semanas, o, incluso, durante unos días, y como el valor medio de lo fabricado es bajo, y la cualificación media requerida es reducida, y el nivel de inversión que utilizan esos trabajadores es pequeño …
… la productividad media del factor trabajo es baja, por lo que los salarios lo son: el salario medio en Dinamarca es mayor que en España no porque que el nivel de vida danés sea mayor que el español, sino porque el valor añadido por un trabajador danés supera al que añade el español, y, como consecuencia de ello, en Dinamarca sube el nivel de vida mucho más que en España. Y lo terrible del caso no es que el trabajador medio de Dinamarca sea mejor que el de España: eso se puso de manifiesto durante los 60 y 70: los trabajadores españoles que emigraron a las fábricas europeas funcionaban de maravilla … y percibían un salario muy, muy superior a uno español equivalente, lo terrible del caso es que el trabajador español no puede llegar en España, en términos laborales, hasta donde es capaz, y por ello cobra poco y pierde poder adquisitivo.
Durante los años del ‘España va bien’ la bajura de los salarios y sus ridículos incrementos reales anuales pasaron desapercibido para los propios trabajadores: se les concedió crédito a mansalva y una cosa compensó a la otra; además se hacían un porrón de pisos, y los servicios contrataban trabajo a mogollón porque la facturación no hacía más que crecer; además, la contratación en gran medida era temporal, y al que estaba fijo se le podía echar cuando conviniese: sólo había que pagar.
La demanda de trabajo cayó y siguió cayendo, pero no la oferta; luego los salarios y las condiciones de trabajo empezaron a empeorar. Además con un ‘becario’ se podía, en muchos casos, hacer lo mismo que con un contrato normal, y salía muchísimo más barato; ello influyó en la degradación de los salarios. ¿Qué sucede ahora?, pues que la escasa demanda de trabajo que hay fija los salarios que quiere, entre otras razones porque puede despedir casi cuando quiere, por lo que el excedente de oferta de trabajo es permanente. La realidad es como es: en España (no sólo) hay un excedente de población activa.
Claro, que cabe dar una vuelta de tuerca más: ir a un contrato único y, evidentemente, temporal.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.