Niño Becerra: nadie se fia de españa
Están animando a España a que sea rescatada: ¿a solicitar el rescate?, ¿a aceptar el rescate?: razón: no se fían de que España pueda, por si misma, llegar a ninguna parte; razón: dudan que España pueda pagar lo que debe; razón: los acreedores de España temen no cobrar lo que España les debe.
Por fin se está hablando abiertamente de que el problema es la deuda total y, en el caso de España, la privada (Sugerencia: lean la entrevista a Carmen Reinhart que El País del 04.06.2012 publicaba en su Pág. 22). Nadie puede pagar todo lo que debe, y los activos que sostenían esas deudas, o valen cada vez menos o no valen nada en absoluto. La salida a eso, la única salida a eso, es una cadena de quitas, a la deuda privada también, si. De eso ya hemos hablado.
Quitas; ¿qué supone eso?; dejar de pagar, ya, y dejar de cobrar. En el caso de un Estado la cosa está clara: se pone en marcha un procedimiento internacional, un consorcio de entidades financieras firma unos papeles, otros acreedores también los firman, y el país entra en un desfiladero angosto y oscuro. Hay muchos ejemplos de eso en el pasado y hoy tenemos el caso de Grecia, de momento; pero, ¿qué pasa con la deuda privada?.
La deuda privada es lo que debe una empresa, grande, enorme, pero también es lo que debe una micro pyme; y lo que debe una entidad financiera, tenga un mega volumen o un volumen ínfimo; y lo que debe una familia, y una persona. Y se puede deber por haber realizado una inversión gigantesca, o por haber adquirido una lavadora, o por no haber pagado la seguridad social o la liquidación de IVA. Y debérselo a una transnacional o a una tienda de barrio. A toda esa deuda hay que aplicar una quita.
El cómo, el cuánto y el de-qué-forma está por determinar, pero hágase como se haga lo que eso significa es que unos ingresos esperados no van a producirse, y ello tendrá implicaciones en la recaudación fiscal, y en la demanda de trabajo, y se agudizará el exceso de capacidad productiva ya existente, y el consumo de retraerá.
La contrapartida contable de tal acción es el PIB: una reducción del PIB. De cuanto dependerá del volumen de la quita; la duración de sus efectos del poder de recuperación de la economía, de su volumen de población, del grado de emigración de sus gentes, de lo agresivo de sus procesos de reconversión, de su productividad.
Y no, pienso que no hay otra opción: prácticamente nadie puede pagar todo lo que debe.
Por ello pienso que esta UBE de la que se lleva tiempo hablando no va a funcionar. Se quiere poner en marcha un superregulador bancario que regule a los bancos europeos -¿pasando por encima de los Bancos Centrales nacionales?, ¿puenteando al BCE?- sin resolver el tema de la deuda, y pienso que así el tema no va a ir.
Para poner un ejemplo conocido. Con ese instrumento la capitalización de Bankia hubiese sido más fácil, más rápida, OK, pero Bankia y sus socios hubiesen continuado debiendo lo que deben y a Bankia y a sus socios les hubiesen seguido debiendo lo que les deben. A no ser que se limpie toda esta deuda, ¿de qué sirve reforzar los cimientos de un edificio si el aguacero le está desmenuzando las paredes y todo su interior se está quedando a la intemperie?.
España hoy ha entrado en una espiral descendente y terrible: tiene una deuda -total- tremenda que debe pagar; tiene que pagar, en estos momentos, 29 mM€ anuales en concepto intereses de su deuda pública; tiene una serie de entidades bancarias con unos problemas tremendos que influyen en todo lo demás, ha tenido que pedir como-se-llame de ‘hasta 100 mM€’ para apuntalar su sistema bancario que incrementarán los conceptos anteriores, tiene una tasa de desempleo que entre paro y subempleo ya roza el 30%, y su economía no está creciendo prácticamente nada. Pero España, a diferencia de Grecia o Portugal, aún puede ser exprimida. Y España es demasiado grande para caer por lo que va seguir encontrando (porque se los vayan abriendo) resquicios por donde respirar.
Claro que cómo vaya a ser la vida de las españolas y de los españoles en las próximas décadas es harina de otro costal.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.