Las autoridades europeas están presionando a Bankia para que imponga pérdidas en los acreedores junior para reducir la factura del rescate, en un momento en el que España trata de limpiar los 180.000 millones en activos tóxicos inmobiliarios.
Según publica la agencia Bloomberg, el BCE y la Comisión Europea quieren que estos inversores, incluidos los tenedores de preferentes, intercambien sus activos por acciones nuevas para reducir así la factura pública del rescate.
La Unión Europea insiste en que el Gobierno de Mariano Rajoy no puede utilizar dinero público para rescatar a los inversores que compraron preferentes.