¿Dónde va el crédito cuando se acaba?
Se ha escrito hasta la saciedad de la Gran Crisis Actual, que, conforme pasa el tiempo, no tiene parangones ni se asemeja a Grandes Crisis Anteriores como la Gran Depresión, la Crisis del petróleo, la Crisis de las subprime y otras Crisis.
Cada día tiene su afán, cada Crisis es diferente, como diferente es el ciclo económico donde nacen, crecen y mueren, porque esta Gran Crisis, como otras anteriores, también morirá, aunque, sospecho que dejará a más muertos en el campo de batalla, que otras que le han precedido.
Se ha escrito mucho, digo, sobre lo que sucede. Me quedo, en cualquier caso, con las palabras de Bill Gross, fundador de Pimco, la gestora del fondo de bonos más grande del mundo, que ha querido poner de manifiesto su pesimismo en una de sus cartas mensuales recientes, que reparte entre sus clientes. En ella, la cabeza pensante detrás del Total Return Fund ha determinado que «estamos siendo testigos de la muerte de la abundancia…», me dice el analista jefe de una sociedad de valores y Bolsa.
Y añade: En forma de reflexión filosófica sobre el arduo proceso de despalancamiento que enfrentan en estos momentos buena parte de las economías occidentales, Gross ha puesto de manifiesto la difícil tarea que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, tiene todavía por delante.
“¿Dónde va el crédito cuando se muere?”, se pregunta el fundador de Pimco. Según su explicación, la deuda vuelve a su origen de procedencia, es decir, acaba por “ralentizar y obstaculizar el crecimiento económico”, determina. En este sentido, apunta, “resulta que la teoría económica se invierte y, en última instancia, desafía todas las creencias de los legisladores”, añade.
Un ciclo tóxico
En palabras del fundador de la gestora con sede en Newport Beach, California, las economías desarrolladas han vivido “un ciclo virtuoso” de entre 30 y 50 años de duración, donde la expansión del crédito ha producido enormes márgenes de beneficio, que según califica el propio inversor, han sido ” paranormales”.
Claro está, que todo lo que sube tiene que bajar, de ahí que Gross determine que en estos momentos todos los activos financieros, donde se incluyen bonos, acciones, bienes inmobiliarios y productos similares, sufren ahora “un proceso de desapalancamiento” por exceso de “riesgo” y el “precio cero” del dinero, una política monetaria “obligada” dadas las circunstancias.
El fundador de Pimco asegura que en su última edición de sus “Perspectivas de Inversión” no atacar al presidente de la Fed por su política monetaria sino advertir al lector sobre “el alto coste que podría suponer para la economía global y el mercado financiero seguir funcionando bajo el supuesto de que el crédito barato y abundante del banco central es siempre una dinámica positiva”. Moisés Romero – La carta de la bolsa