div1¿Pueden existir bienes cuya demanda sea infinita? Evidentemente, la sanidad es uno de ellos: sin restricciones la población demandaría una cantidad infinita de sanidad, de cuidados sanitarios, a fin de satisfacer una necesidad que nunca se saciará: la de sentirse permanentemente sana tanto real como psicológicamente.

El problema reside en que no existe una cantidad infinita de recursos para alimentar esa demanda infinita de cuidados sanitarios, por lo que se tiene que implementar un proceso de asignación de esos recursos escasos, lo que implica asignar, priorizar, escoger, y delimitar. Antes de seguir: de entre los ámbitos de la actividad humana que son susceptibles de politización destaca todo lo relacionado con la sanidad; si decide continuar leyendo no espere leer sobre política.

Asignar, priorizar, escoger, delimitar. Pero primero definir, ¿no?. En Europa, en España, se halla instaurado, con carácter general, un sistema de sanidad pública, universal, que es financiado con el gasto público asignado en un presupuesto de gastos elaborado por un Gobierno y aprobado por un Parlamento. En el caso de España eso sucede a nivel regional (ya saben que no me gusta el término ‘Comunidad Autónoma’) debido a que la competencia de sanidad se halla transferida a las regiones, participando también los Ayuntamientos en mayor o menor medida y según los casos, en la gestión y prestación de servicios sanitarios.

La crisis sistémica en la que el planeta en general lleva inmerso desde hace siete años ha tenido, va a tener, efectos devastadores, mayores, por sus características, en economías como la española. En todos los órdenes públicos se están produciendo recortes de gastos debido a la insuficiencia de ingresos fiscales, pero es en los bienes como los cuidados sanitarios en los que el impacto de tales recortes es más patente, más manifiesto. Asignar, priorizar, escoger, delimitar: ¿cuánto?, ¿cómo?, ¿qué?, ¿en qué entorno?.

Click en el grafico para agrandar
Click en el grafico para agrandar

El gasto sanitario público en euros por habitante en España se halla en la parte baja de la distribución europea: en el 2011 fueron 1.463 (Dinamarca: 3.607, Bélgica: 2.665, Francia: 2.530. UE 17: 2.094); y también medido en términos de PIB: en el mismo año, mientras que en España fue dedicado a sanidad el 6,3% del PIB español, la media de la UE 17 se alcanzó el 7,4%. Que quede muy claro que eso fue así porque los Gobiernos de cada uno de los países enumerados decidieron que fuese así cuando elaboraron su presupuesto de gastos.

Cerrando el foco, en España la diferencia del gasto sanitario por habitante, en términos regionales, es todo lo contrario a equivalente. En el año 2011 Euskadi dedicó 1.557 euros por habitante de su presupuesto a sanidad, 1.563 en el 2012. Extremadura 1.391 y 1.334. Catalunya 1.292 y 1.128. Valencia 1.079 y 1.061. No existe la igualdad en gasto por habitante, a pesar de que hay regiones que aportan mucho más de lo que reciben.

La dotación de los presupuestos sanitarios está cayendo, pero la demanda de sanidad no cae, al revés en un entorno de crisis como el actual, y cerrando más el foco se llegan a las provincias, a los municipios, a los barrios. En Barcelona ciudad existe un ejemplo de lo dicho: los barrios de Ciutat Vella y de Sant Martí atendidos sanitariamente por el Parc de Salut Mar, es decir, por el Hospital del Mar.

--

Los potenciales clientes de tal área de referencia ascienden a 320.000, personas, la mayoría, de renta media y media baja, es decir, los intervalos de renta donde más está influyendo la actual crisis. Pues bien, comparando los años 2009 y 2013, los fondos recibidos por el Hospital del Mar para atender a la demanda de atención sanitaria de esas personas ha pasado de 246 millones de euros a 228, el 7% menos; que traducido en presupuesto por cápita supone pasar de 768 euros por persona a 712.

Tal vez pudiera pensarse que el número total de personas ingresadas para ser atendidas ha disminuido entre esos años, sin embargo nada más lejos de la realidad: 29.353 fueron los ingresos sanitarios producidos en el 2009 y 30.060 los habidos en el 2013: aumentaron el 2%. También podría creerse que la actividad total: los ingresos más el resto de atención prestada –visitas en consultas de día, exploraciones, … – ha caído, pero no: de 44.290 en el 2009 se pasó a 47.897 en el 2013, un aumento del 8%.

Menos fondos disponibles para más demanda sanitaria, más demanda que fue prestada por menos profesionales: de contar con 2.133 en el año 2009, el Hospital  del Mar pasó a disponer de 2.033 en el 2013, el 5% menos. Y menos fondos disponibles para reposición de materiales inservibles o deteriorados: de 6 millones a 2,3: el 62% menos.

¿La calidad de la atención?: mejoró en el período contemplado: 261 días fue el tiempo que el paciente medio tenía que esperar para ser intervenido quirúrgicamente en el año 2009, 201 fueron los días que tuvo que esperar en el 2013, lo que supuso una reducción del 23%.

Bien, ¿cuál es el resumen del resumen de lo acaecido en estos cinco años en el Hospital del Mar?, pues este: a pesar tener que ocuparse de una población de referencia mayor que el censo de la ciudad de Valladolid y casi como el de Córdoba, ha dispuesto de un presupuesto el 7% menor y ha contado con el 5% menos de profesionales. Sin embargo ha prestado un 8% más de actividad debido al aumento de demanda experimentado y ha reducido el 23% el número de días en que una persona debía esperar para ser intervenido quirúrgicamente.

Los ingresos fiscales llegan a los Gobiernos, pero son estos los que deciden los gastos. Vuelvan a leer las líneas anteriores. ¿No creen que el Hospital del Mar precisaría de más recursos para que pueda mantener su nivel de actividad y para que no se produzca una disminución en su tasa de eficiencia?. Precisamente en el año 2009 se iniciaron unas obras consideradas imprescindibles por todos los expertos que participaron en su diseño, su finalidad era simple: revertir el deterioro en el que ya habían entrado unas instalaciones insuficientes a fin de mejorar el Hospital del Mar. Pocos meses después tales obras fueron paralizadas por falta de recursos.

 

@sninobecerra

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.