Tremendas las previsiones de Primavera del FMI para España 

Con ser malas las previsiones para España (aunque menos malas que las de la Comisión Europea del 22 de Febrero pasado), pienso que lo verdaderamente terrible es la sensación que se está instalando: España es un ‘caso perdido’.

La economía española es grande, ya: un PIB de 1 B, pero es como si el daño que una economía de ese tamaño puede causar, se hubiese encapsulado, de tal modo que el daño efectivo hoy es muchísimo menor del que hace un año una economía como esa podía causar.

Es como si ya no fuese tan importante que la economía española fuese a peor; más aún, que el conjunto España entrase en una senda de semipermanente estancamiento en el que pudiese permanecer sería hoy mucho menos peligroso que hace unos meses porque la situación ya estaría prevista, bajo control, y minimizados sus efectos para el conjunto.

Entonces, España entraría en una dinámica tipo años 40 en la que simplemente estaría asistiendo de convidado de piedra a una reunión en la que nada tendría que decir porque nada pintaría. Evidentemente continuaría monitorizada, intervenida, y fiscalizada, y debería pagar lo que fuese pudiendo de lo que debe. Pero nada más.

Aquí es donde aparecen las zonas con posibilidades, las áreas en las que la actividad puede reemprender y las que no. Y no sólo en España sino en todas las economías. Será la geometría variable. El traje a medida.

Es esta una fase nueva: quien es importante porque puede generar y contribuir y quien no. Es parte de la transición de modelo en la que estamos inmersos, todos; aunque para unos tendrá unas consecuencias distintas que para otros. Muy distintas y muy diferentes.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. Lacartadelabolsa