Fue criticado hasta la saciedad: la política de defensa que George Walker Bush y sus asesores implementaron en las actuaciones militares USA: la Guerra Preventiva, y va ahora el Gobierno del reino y diseña un ‘decreto ley de restructuración  y resolución ordenada de entidades de crédito’ que sigue punto por punto aquella filosofía, y, encima, lo va a poner en marcha con el agravante de agosticidad: en pleno mes de Agosto: en pleno Verano.

Los detalles de qué y como, en el anexo; vamos al meollo. El Gobierno se va a convertir, por obra y gracia de este decreto, en decididor de los bancos que deben vivir o morir siempre y cuando no sean sistémicos: el Banco de España tendrá licencia para investigar lo que quiera y cuando quiera de cualquier banco; si el BdE, a) intuye que ese banco investigado, aunque ahora cumpla todos los ratios habidos y por haber, no va a poder cumplirlos en el futuro, b) concluye que ese banco va a tener problemas mañana, o c) si el banco analizado ya ha recibido ayudas y no va poder pagarlas, informará al FROB, entidad que, por ese decreto, pasa a ser dirigida en su totalidad por el Gobierno y por el BdE, y el FROB decidirá que hacer con ese banco, y como hacerlo, pudiendo forzar su liquidación sin pedir permiso a los accionistas. ¡Ah!, y los accionistas y bonistas pueden llegar a perder toda su inversión.

‘¡Que horror! ¡Esto es una medida dictatorial’ exclama el del fondo. Depende, y que nadie se sorprenda: estábamos avisados. El 4 de Enero del año pasado la Comisión Europea presentó sus propuestas para reformar el sistema financiero europeo. Fueron estas: 1) aumentar la capacidad de control de los reguladores estatales sobre la contabilidad de las entidades financieras, 2) en las entidades sistémicas los reguladores podrán limitar sus actividades e incluso impedir la colocación de productos que supongan riesgos excesivos, 3) vigilar y limitar la inversión de las entidades financieras en sectores cíclicos, 4) capacitar a los reguladores para poder cambiar la operativa y estructura legal de aquellas entidades financieras que requieran ayudas públicas. Los posteriores desarrollos de esto han llevado a este decreto del Gobierno del reino.

¿Que eso supone pasar a un sistema financiero regulado a fin de evitar el problema antes de que suceda en una suerte de Minority Report (Steven Spielberg, 2002)?, pues si, lo que supone el fin de aquellas prácticas que posibilitaron que el mundo fuera tan bien; lo que implica que el mundo ya no va a ir tan bien como fue porque ya no es posible; por lo que aquellas prácticas bancarias que tan bien fueron ya no son necesarias; por lo que se eliminan.Y como lo que ahora toca es administrar lo escaso, se ponen en marcha estrategias tendentes a evitar el despilfarro (de lo poco que haya o pueda haber).

Y ya, deduzco lo que estarán pensando: ‘¿Tan rematadamente mal está la banca española que precisa de este decreto agostil, agresivo y guerrero?. Pienso que el substrato del decreto no piensa tanto en el presente como en el futuro, es decir, no se fija tanto en cómo están hoy los bancos españoles como en cómo pueden estar mañana si no se actúa en la línea trazada por la Comisión Europea, de lo que se deduce que los problemas estén aquí, pero desde luego no sólo.

Y sí, se cuentan con elementos para, llegado el caso, convencer de la necesidad de este hipercontrol a aquello denominado ‘opinión pública’, por ejemplo, los manejos habidos en el Libor por parte de unos cuentos superbancos del planeta en estos años pasados: si el trasfondo de este decreto presente en toda Europa hubiese existido, tal manejo no se hubiese producido.

(Como apunte al margen. El decreto excepcionaliza a los ‘bancos sistémicos’ que ya se sabe lo que son; pero seamos lógicos. Supongan que empieza a correrse que ese banco medianito que Ud. tiene en la cabeza tiene problemas y que comienzan a formarse colas de gente inquietas antes sus oficinas. Ese banco será menos sistémico que un caramelo de menta, pero, ¿se imaginan que pasaría a continuación?. O sea, que muy pocos bancos son calificados como sistémicos, pero esperen a que de cualquiera que no lo sea empiece a decirse que las está pasando canutas. ¿Qué quiero decir con esto?, pues que para bien o para mal todas las entidades financieras -y estoy incluyendo a las compañías de seguros- son sistémicas).

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En Francia el Estado está elaborando un plan para subvencionar la creación de 150 m empleos para jóvenes sin cualificación de zonas deprimidas. Vale, pero, ¿qué sucederá con esos empleos cuando finalice la subvención?, pues que en su inmensa mayoría dejarán de existir debido a que, o no son necesarios, o alguiénes han decidido que no lo son aunque lo sean: si lo fuesen ya existirían y esos jóvenes, u otros, ya estarían ocupados.

O se subsidia el salario o se subsidia el empleo, porque creación de empleo, lo que se dice creación de empleo … Vaya historia.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. La carta de la bolsa