El pasado día 18 de Diciembre la Comisión Europea lanzó un dictamen: en esta crisis la responsabilidad por el follón que se ha liado la tienen las economías que han caído en enormes déficits comerciales, ellos y nadie más. El País del 19.12.2012 lo cuenta muy bien en su Pág. 24.

De una forma o de otra, en unas latitudes y en otras seguimos igual: buscando putos culpables. Alemania, Austria y compañía fueron buenas chicas porque fabricaban bien, exportaban, ahorraban, e invertían; y España, Italia y demás fueron malas porque se dedicaron a gastar, gastar, y gastar importando hasta el aire que respiraban. ¡Cuando quiere contarse la historia a medias que fácil es decir medias verdades!; o verdades incompletas.

Esta película empieza a finales de los 90, no a principios de los 2000 como pretende la Comisión. Cuando se llega a la conclusión de que una moneda única en Europa es necesaria, los números alemanes y austríacos eran inconmensurablemente más mejores que los españoles y los italianos, lo que ponía de manifiesto cosas como el riesgo país.

Debido a esos buenos números en Alemania y en Austria salían los billetes por las ventana, y debido a sus malos números en España y en Italia se estaba a verlas venir. Como dos y dos son cuatro, el camino lógico era obvio: se mete a todo el mundo en el euro; como consecuencia de ello -‘consecuencia’, no por algo lógico- los riesgos país se igualan; por lo que esos billetes con los que no sabían que hacer en el Norte y centro de Europa se van a donde los necesitaban como agua de Mayo para financiar crecimientos espectaculares; y fruto de esos crecimientos esos países importaron la tira de los que les habían prestado la pasta para crecer.

¡Genial!. ¿No?. Los pobretones crecieron con los excedentes de los ricachones, encima a precios bajos, y encima los ricachones aún se enriquecen más porque exportan a mansalva, ¡y, encima, como esos países son modigerados, ahorran la tira. Todas las economías crecen, ‘el mundo va bien’, y la gente es feliz. Bien, ¿no?. El problema es que la peli no fue así.

Nadie tiene la culpa o la tienen todo el mundo. España e Italia nunca tuvieron que haber entrado en el euro junto a Alemania y Austria; quiero decir, que no tenía que habérseles metido, porque su productividad era bajísima, su estructura de PIB basada en el bajo valor, y sus carencias enormes. Pero si España e Italia no hubiesen sido metidas en el euro Alemania y Austria no hubiesen hecho los meganegocios ni hubiesen obtenido los superbeneficios que hicieron y obtuvieron.

Porque esa, Señores de la Comisión, es la película completa. Si los PIIGS no hubieran incurrido en los déficits de todo tipo en los que incurrieron debido a que fueron introducidos con calzador en el euro, los virtuosos de siempre no hubieran hecho los maravillosos negocios que hicieron. Los PIIGS crecieron a base de déficit y de deuda, y los virtuosos crecieron canalizando sus excedentes hacia, entre otros, los PIIGS. Y todos crecieron, y fueron felices, y comieron perdices.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.  La carta de la bolsa