Absolutamente imprescindible la entrevista comentada que El País del 18 de Enero publica en su Pág. 21 a Mr. Olli Rehen, Comisario europeo de Economía y Asuntos Monetarios.

En un momento de la entrevista dice el comisario, en relación al impacto que las medidas de ‘austeridad’ están teniendo sobre el crecimiento según ha informado recientemente el FMI: “Coincido con el FMI en que a corto plazo las medidas de consolidación fiscal afectan al crecimiento, pero la alternativa para España e Italia era acabar en un callejón sin salida”. ¿Qué significa eso?.

Lo que se ha hecho, lo que se está haciendo, era y es la única alternativa factible porque no se crece, porque no hay crecimiento; y el no crecer conduce a un callejón sin salida. España -y otros- serán más pobres porque tienen que serlo debido a que sólo tendrán aquello que por si mismos puedan permitirse con lo que generen, y, claro está, teniendo en cuenta lo que tienen que pagar por lo que deben.

Pero a nadie le interesa que se rompa ninguna baraja -el euro, la UE- porque hay que continuar jugando; por ello se concederá a España más tiempo para que reduzca su déficit y, si procede, se le practicará un rescate blando en forma de la compra de una deuda que emite para sobrevivir, no para financiar ningún crecimiento.

Habrán oído lo que corre por ahí: las condiciones que se exigirán a España a cambio de ese recate. De entrada, que escoja dos de estas tres medidas: reducción del número de funcionarios en un 10%, reducción del importe de las prestaciones por desempleo en un 10%, y reducción del importe de las pensiones en un 15% o alargamiento de la edad de jubilación en siete años. (Decía ‘de entrada’ porque al final vendrían las tres, y teniendo en cuenta que los porcentajes pueden variar al alza de un mes para otro, irán a más). (Y aunque no haya rescate, ¿no llegarán esas exigencias a cambio de una paz en los mercados que a todos conviene?).

Y bien, esto es lo que hay. España va a regresar del lugar que la sacaron los borbotones de crédito que cayeron sobre ella a fin de que hicieran negocio quienes tenían la liquidez; de ahí que España deba una cantidad que no puede pagar y de ahí que se exija a España esa austeridad: para que, al menos, pague parte de los que debe.

Habrá quitas, reajustes, se pondrá en marcha una mucho mayor coordinación que a todos conviene, y cuando todo eso acabe lo que veremos es una España con los servicios y prestaciones que realmente puede permitirse con lo que crezca y para la población que tenga, que, pienso, será muy poco y será menos. La alternativa es un callejón sin salida.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. La carta de la bolsa