En una compañía con forma jurídica de S.A. ‘los que mandan’: el consejo, es responsable ante la junta de accionistas, algo que muchas, muchas empresas parecen haber olvidado: los únicos dueños de una empresa, los verdaderos propietarios, son los accionistas, y su junta es el máximo y absoluto órgano de Gobierno. Parece que en España eso no se ha olvidado: nunca se ha sabido.

‘España no es una S.A.’ dirán, ¿no?. Los impuestos que pagan las españolas y los españoles son los ingresos de mantenimiento de la empresa España, y la ciudadanía sus accionistas. El PIB lo que esa compañía factura y la suma de los saldos de sus cuentas más lo que se repone el cashflow. El Gobierno es su consejo de administración, el primer ministro o presidente del Gobierno su CEO, y el Jefe del Estado el presidente. Un Estado del siglo XVII no era una empresa porque había un único dueño que era juez y parte, y se decía legitimado por Dios; un Estado del siglo XXI lo es, aunque sus administradores no lo admitan y su plantilla lo ignore.

Bien, pues en España, S.A. las cosas hace mucho tiempo que no van bien y bastante que van muy mal; y lo peor es que no podían haber ido de otra manera.

A medida que el tiempo va pasando y más accionistas de esa empresa se van acercando -enterando, cerciorando, constatando- al estado real de su situación la pregunta que se va formando en sus cerebros es: ¿es viable la empresa España?.

Inquietante, muy inquietante lo que el CEO de España, S.A. respondió a un periodista el pasado Sábado cuando este inquirió el motivo de que ‘la línea de crédito para la banca española’, si era la solución, no se hubiese solicitado antes: “Ya me gustaría a mi saberlo, esto se debería haber hecho hace tres años” (El País 11.06.2012, Pág. 18). Pero en el 2009, él o su grupo como representantes de bastantes accionistas, ¿lo exigieron?. Otros accionistas, ¿lo reclamaron?.

¿Cuál es el problema?, pues que la mayoría de accionistas ni saben ni se enteran porque no estudian los datos que la empresa publica ni meditan sobre los discursos de quienes dirigen y de quienes ahora se oponen y antes dirigieron. Es absolutamente brutal que el CEO de la empresa diga que hace tres años hubiera debido hacerse algo que no se hizo, lo es que nadie pregunte porqué no se hacía, lo es que nadie reclamase que se hiciese; lo es que ese CEO lo haya dicho y que no haya sucedido absolutamente nada.

Los accionistas no saben y lo peor: bastantes prefieren no saber.

Lo único que se tiene cierto en este escenario en que todos estamos es que la compañía España, S.A. cada vez pinta menos en eso que se ha dado en llamar ‘el mercado global’.

Por cierto EL problema no está en el sistema bancario: el problema está en la deuda (total). Como banquero, por muy genio que sea el Sr. Botín, nada puede hacer para evitar que la familia X impague la hipoteca que su banco concedió ahora que todos sus miembros se han quedado en paro; o para que la empresa X no pague las cuotas de aquel crédito dado por su banco y que la empresa usó para ampliar su cadena de embalaje, debido a que la mitad de sus clientes no le pagan a ella; o para que el Sr. Y pague las alícuotas del Audi adquirido con el crédito que su banco le otorgó cuando disponía de un buen empleo. Y aún menos para asegurar que va a ir percibiendo todo lo que al Santander le corresponde por el paquete de deudas públicas que atesora. EL problema está en la deuda total, pero de eso no se habla.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
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