Volvemos sobre un tema ya tratado. En España, a 30 de Junio, había un volumen de crédito vivo de 1,74 B€ de los que 164 mM eran morosos-impagados. Al margen de que la tasa de morosidad-impagadosidad fuese del 9,42%, la pregunta verdaderamente importante es: ¿a qué nivel puede llegar el volumen de impagados?, o mejor aún, ¿qué volumen de impagados puede soportar, hoy: hoy, la estructura bancaria española?.

Caída de la actividad económica que desemboca en un menor volumen de negocio y un desempleo creciente, acompañados de un volumen de deuda existente, tanto de entes privados como públicos de 4 B delimita un escenario pavoroso: abocados a una caída continuada de pedidos, las empresas, o tendrán dificultades crecientes en cobrar lo que se les adeuda, lo que incidirá en su capacidad de pago, máxime si unos bancos crecientemente problematizados restringen más y más el crédito que conceden a la financiación de las empresas.

Lo anterior hará aumentar el desempleo de unas personas que ya son responsables de deudas cuantiosas, por lo que difícilmente puede pensarse que tengan acceso a un crédito escaso, por lo que a una creciente dificultad para pagar sus deudas se añadirá una reducción en aumento del consumo.

Y todo ello incidirá negativamente en la recaudación fiscal de unos ayuntamientos y regiones muy endeudadas para los actuales parámetros de ingresos fiscales, con unos importantes compromisos de gasto, y con un acceso al crédito casi cerrado.

Por su parte los bancos cargados de activos contabilizados a un mucho mayor valor al actual de mercado, con un porrón de crédito del que no saben cuánto van a cobrar, cargados de deuda pública española de la que no se sabe bien que va a pasar con ella y, como clientes, con una cola interminable de empresas que van cada vez peor y de personas de las que poco puede saberse de su futuro, demandantes de un crédito escaso elevado al cubo.

Por ello toma tanta importancia la pregunta sobre el nivel de impagadosidad que es capaz de soportar la banca, con el rescate que viene, sin rescate,  con otro mayor; y por ello cobran aún mas sentido las palabras que el Sr. Alfredo Sáez pronunció hace unos meses en el sentido de que en los próximos años se produciría en España una restricción del crédito de 200 mM€. ¿A quiénes van a prestar los bancos con el panorama existente y con el previsible teniendo en cuenta que sólo en construcción esos bancos tienen 307 mM de los que el 60% son ‘problemáticos’?.

¿Se dan cuenta de que si no se entra en la deuda existente será imposible salir de donde nos hallamos?

*- Me comenta un amigo periodista que ha detectado un fenómeno que lleva produciéndose desde hace unas semanas y que explicaría la sensación de tranquilidad que se está viviendo en España y que no se corresponde en absoluto con el panorama económico y social actual.

Partiendo de la base de que el sueño de la población es volver a lo de antes, a aquellos días de vino y rosas que acabaron definitivísimamente en Mayo del 2010, asumido por parte de esa población el cáncer que se ha enquistado en el entramado económico y social, y aceptado que el período que viene va a ser duro y ‘largo’ (el concepto ‘largo’ es subjetivo), el rescate de la banca y de la deuda serán las panaceas que permitirán a España salir de donde se encuentra y que posibilitarán al reino volver a aquellos años maravillosos. Es decir, la gente ha entrado en un estado en el que se aceptan vivir peor durante un tiempo para regresar a aquella maravilla pasada.

Si el razonamiento es para vivir menos mal lo que ya ha llegado y lo que va a venir, ni tan mal; pero si se cree firmemente en él de tal modo que será ese el camino evolutivo de esta crisis sistémica en la que estamos inmersos, ‘Houston, tenemos un problema’.

*- Sorprendente, verdaderamente sorprendente, y curioso. En Mayo del año en curso el Gobierno del reino presenta a la Comisión Europea sus previsiones y compromisos hasta el 2015 y la Comisión le acepta el documento.

Una de las cosas que decían esos papeles presentados por España era que la previsión sobre la deuda pública apuntaba a un volumen del 82% en el 2013 y el 80,8% en el 2015; y la Comisión Europea, insisto, aceptó esas previsiones el pasado Mayo.

Pues bien, en un documento publicado por esa Comisión el pasado Julio dentro del bosque de documentos que se están produciendo con el año 2020 como objetivo de equilibrio, se cuenta en negro sobe blanco que la Comisión Europea estima que la deuda pública española rozará el 100% en el 2015 y oscilará entre el 101% y el 112% en el 2020 según España crezca más menos y según si lo que tiene que pagar para que le compren la deuda está más o menos cerca del 8%.

Bien, la pregunta es obvia. ¿Cómo es posible que se acepte una cosa un día y dos meses después quienes la han aceptado publiquen sobre eso mismo otra completamente diferente y que, encima, no hayan avisos de error y llamadas a revisión?. ¿Qué sucede, que en Mayo había que publicar algo para cubrir un expediente pero ahora viene Paco con la rebaja, o que da igual lo que se diga porque al final será lo que deba ser?. En fin, en fin.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. La carta de la bolsa