Lo de Grecia, ya han visto: resultado conveniente y caramelito de miel para suavizar la garganta; pero no aborda EL problema griego: Grecia no puede pagar lo que debe: nada o prácticamente nada. Se dice que los griegos son unos defraudadores y que allí no paga impuestos nadie.

 

OK, podría montarse una especie de Gestapo fiscal en Grecia con comisarios políticos provenientes de la Europa central y con licencia para hacer lo que creyeran oportuno; se podría y lo que se obtendría sería … el derrumbe de la actividad económica.

En Grecia, como en España, en los PIGS (la ‘I’ corresponde a Italia) el ‘fraude fiscal’ es una institución que está orientada a conseguir un margen competitivo que, de otro modo y en un entorno de mercado abierto, abocaría / forzaría a un enorme porcentaje de la economía griega, española, italiana, … a la desaparición, al cierre. Se entiende que un danés que diseña software para centrales nucleares o un alemán que manufactura piezas de titanio para rotores de helicópteros militares no lo entienda, pero la cosa es así.

En consecuencia, Europa y el mundo deben plantearse cosas como esta: ¿se quiere implantar la pureza fiscal en Grecia y que de golpe el PIB retroceda el 30% con todo lo que ello va a suponer? (ríanse de la inseguridad ciudadana que hoy sufren las ciudades griegas). Es muy simple: si o no. Si es que si, que se encapsule a Grecia que se la sierre de Europa y que se la deje a la deriva; si es que no, encuadremos el caso griego en el caso general y enfóquese ese caso general desde la perspectiva buena: la deuda: otra vez: nadie puede pagar todo lo que debe. (Por cierto, ¿han reparado que en Grecia casi nadie ha dicho que el país debería reducir su monstruoso presupuesto militar que es el más elevado de Europa?).

Aquí puede introducirse el Modelo Hollande: estimular el crecimiento. De entrada, ¿de verdad cree M. Hollande que el problema de Europa se arregla con 120 mM€?. Recuérdese que los efectos de la inyección de 1 B€ que en Diciembre / Febrero realizó el BCE duraron tres semanas cuando tenían que haber durado tres años. ¿Mi opinión sobre el Modelo Hollande?, una especie de contrapunto al modelo de austeridad defendido por Alemania: en un mar de rigorismo una pincelada de desmelene gastador. Pero tampoco resuelve nada porque es seguir con lo-de-antes: gastar para ir-a-más; aunque era una pincelada necesaria para romper el tono del color dominante.

La ruta de salida -ruta, camino, senda- tiene que ser recorrida de forma conjunta y coordinada, eso ya está claro, pero no desde la forma de hacer antigua, la de antes, la del modelo que está en crisis, sino desde una nueva: la que fijó un déficit estructural del -0,5% para Europa en el 2020; y eso supone asumir que los recursos son escasos por lo que hay que gastar en lo necesario en procesos que se desarrollen de la forma más eficiente posible y en lugares en los que las sinergias y el rendimiento sean mayores; y a eso no hemos llegado … aún.

Pero ya se tiene claro el camino tiene que ser el reverso de las décadas pasadas que nos ha conducido a la crisis sistémica en la que el planeta se halla. Ahora ya se sabe que el sistema tiene un cáncer y se tiene clara la quimioterapia necesaria, pero se ha de aplicar. Pienso que el dibujo definitivo se acabará en el Verano, para, a partir del Otoño, empezar la curación (cuyos efectos de entrada, como sucede en números tratamientos de quimioterapia, pueden hacer sentir peor al enfermo).

 Es un proceso ya conocido: se dio entre 1933 y 1937; sólo que ahora pienso que no habrá marcha atrás.

 Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull. Lacartadelabolsa