-Ya han pasado cinco años desde que los mercados se desplomaron y se iniciara una crisis mundial que algunos países como España todavía sufren.

Muchas personas han perdido sus hogares, sus ahorros o sus puestos de trabajo. La economía parece estar en un camino de recuperación, aunque todavía queda mucho camino para alcanzar una velocidad de crucero. El mercado de acciones se ha recuperado y tocado máximos de cerca de dos años.

Pero, ¿hemos aprendido algo? ¿Somos más sabios o estamos ahora más preparados? Aquí hay seis lecciones que deberíamos haber aprendido (vía Brett Arends):

1. No haga caso de las previsiones optimistas ni de los analistas ni economistas

Según la creencia general de los sesudos analistas en 2066, los precios de las viviendas sólo podían seguir subiendo.

La creencia también era que las acciones nos darían una rentabilidad del 9% y los bonos del 5%. La razón: Estas fueron las medias históricas en las hojas de cálculo de los analistas.

El problema no se encuentra en los datos, sino en el razonamiento. No se puede extrapolar de forma fiable un guía para el futuro a partir de un conjunto limitado de experiencias pasadas. Sin embargo, hoy en día muchas familias siguen basando su planificación financiera y sus esperanzas de jubilación con las mismas previsiones erróneas.

La Realidad: Esté preparado en el caso de que las acciones y los bonos se comporten peor de lo esperado.

 

2. Las autoridades a cargo no saben mucho más que tú

Al Fondo Monetario Internacional le pilló por sorpresa la crisis financiera. Pero también a la mayoría de analistas y economistas.

La Reserva Federal pensaba que el estallido de las hipotecas subprime estaría contenido. Pocos economistas predijeron la recesión antes de que estuviera a punto de terminar.

Incluso en medio de la mayor burbuja inmobiliaria, no hubo consenso entre los economistas de que la vivienda estuviera sobrevalorada. Como sucede normalmente, en el pico de la burbuja la mayoría de los analistas eran optimistas con las acciones inmobiliarias.

Justo antes de la crisis, los gestores de fondos pensaban (según las encuestas) que las acciones europeas y los mercados emergentes eran las mejores inversiones, no les gustaban las acciones de Estados Unidos, y odiaban los bonos Lo mejor hubiera sido hacer exactamente lo contrario.

La verdad es que en lo primero que piensan los expertos es en proteger sus propias carreras. Eso significa que tienen todos los incentivos para seguir a la manada. Como Warren Buffett dice, en Wall Street es mejor fallar junto con todo el mundo que acertar con una idea contraria.

Hoy en día, con la Fed a punto de reducir sus medidas de estímulos, China ralentizándose, y con la deuda pública en aumento, los expertos insisten en que todo va bien.
3. La deuda es peligrosa

En las tres décadas anteriores a 2008 vimos una borrachera de deuda en Estados Unidos. Eso incluía a hogares, empresas y gobierno.

Los hogares y las sociedades financieras duplicaron sus deudas en los últimos ocho años. En el verano de 2008, las familias de los EE.UU. debían 10 veces más que en 1980.

Pero los analistas calificaron estas deudas como en parte benignas. El endeudamiento de las familias estaba bien, decían los expertos. Permitió a la gente utilizar con antelación sus ingresos para comprar mejores casas y consumir más.

La deuda financiera también estaba bien, dijeron. Se permitió a las empresas «transferir riesgos» a través de múltiples partes y haciendo más seguro al sistema.

Incluso el presidente de la Reserva Federal compartía estos puntos de vista.

Hoy, las deudas domésticas y financieras de las empresas siguen estando por encima que en 2006, mientras que las deudas públicas y empresariales se han disparado.

 

4. Tenemos más aversión al riesgo de lo que pensamos

Si se dirige a una gestora se le pedirá que llene un formulario diciendo que cantidad de «riesgo», queriendo decir volatilidad, está dispuesto a aceptar en su cartera.

Muchas personas, con razón, piensan que deben aceptar cierta volatilidad de los precio a favor de un crecimiento a largo plazo.

Sin embargo, estos formularios son casi inútiles, excepto, tal vez, para proteger a la gestora de futuros litigios.

Cuando la bolsa se desploma, la gente vende. Ver que su cartera ha perdido la mitad de su valor es muy diferente en la práctica que en la teoría.

Desde septiembre de 2008 hasta marzo de 2009, el Dow Jones Industrial Average cayó desde 11.700 hasta 6.500, los inversores en fondos de inversión retiraron más de 200.000 millones de dólares precisamente en el momento equivocado.

El consejo: ¿Pueden hacer frente a otra oleada de ventas? Tienen que estar preparados.
5. Lo simple es bello

Los credit default swaps se derrumbaron. Los hedge funds colapsaron. Los complejos derivados volaron por los aires. Las acciones bancarias se desplomaron o quebraron. Los inteligentes ingenieros de finanzas en 2008 fueron al paredón

Pero las inversiones más simples lo hicieron bien. Si usted hubiera comprado acciones de McDonald el día antes de que Lehman Brothers cayera y hubiera conservado hasta ahora, habría ganado un 80%. Con Coca -Cola un 60 %, Johnson & Johnson un 50 %. No es de extrañar que Warren Buffett, el rey de las inversiones simples, saliera victorioso de la crisis.

Es un argumento para invertir en activos simples o estrategias simples.

Es también un argumento para aprender más acerca de la inversión, de modo que tenga una mejor comprensión sobre dónde está su dinero.

Probablemente no haya nada más peligroso que la inversión en activos, o estrategias, que no entienda muy bien.
6. La liquidez no es basura

La sabiduría popular considera la liquidez como «dinero muerto», una mala inversión con rentabilidades muy bajas. Los inversores prefieren intercambiar el dinero por activos más emocionantes, poniendo «ese dinero a trabajar», como les gusta decir.

Asumen que no puede ocurrir una crisis de liquidez. Sin embargo, cuando sucede, como en 2008, los que han dejado todo su dinero en efectivo son los grandes ganadores.

Una vez más, mire al maestro Warren Buffett. Tenía gran cantidad de dinero en efectivo y fue capaz de comprar acciones a precio de ganga en medio del pánico. Todos los inversores tienen que tener efectivo (o equivalentes como deuda de alta calidad a corto plazo) en sus carteras..–  Lacartadelabolsa