Esta mañana la noticia sin confirmar de que el FROB valorará en 0,01 euros cada acción de Bankia de cara a establecer el precio al que transformará sus bonos convertibles en acciones nuevas dentro del plan de recapitalización aprobado por las autoridades españolas y comunitarias, ha llevado a la CNMV a suspender la cotización de Bankia por considerar que pueden “concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre los citados valores”.

Seguidamente, el FROB ha comunicado en un hecho relevante que todavía no ha completado la valoración de las acciones de Bankia y que por lo tanto “no existe ninguna valoración oficial a los efectos de llevar a cabo las operaciones mercantiles”.

La noticia es muy grave. Si se confirma esta valoración supondría la pérdida casi total de la inversión de los actuales accionistas, como veníamos advirtiendo desde hace meses como representantes legales de un grupo creciente de accionistas afectados. Como abogado de los accionistas he podido ser testigo directo de las dramáticas consecuencias de tantos accionistas minoritarios que habían invertido sus ahorros de la vejez, con la buena fe de que su inversión solo tenía el riesgo propio de la Bolsa.

Desde Cremades & Calvo-Sotelo estamos defiendo los intereses de más de 500 accionistas, que ya habían sufrido una pérdida patrimonial al vender sus acciones tras el colapso de la Entidad, y estamos preparando las diversas vías judiciales, que incluyen acciones penales, administrativas y civiles contra los responsables del daño para recuperar su inversión y recibir una justa indemnización. Entre ellos destaca el Banco de España por su responsabilidad en la información facilitada para la emisión bursátil de Bankia. El Banco de España dio su visto bueno a una operación, y permitió que quienes suscribieron la ampliación tomaran sus decisiones, sobre la base de una información totalmente distorsionada de la situación patrimonial, financiera y operativa de la Entidad. Justamente por esto, nadie puede exigir a los accionistas minoritarios de Bankia que pechen con unas pérdidas que constituyen la materialización de un riesgo desconocido en su día y, en suma, ocultado por la actuación supervisora gravemente negligente del Banco de España.

La importante y grave novedad de la decisión del FROB es que produce una situación insostenible para los accionistas porque va a causar un perjuicio patrimonial a todos los accionistas actuales y los que adquieran esa condición como resultado de la transformación de los bonos convertibles. Por tanto, en cuanto se materialice ese daño a los accionistas estarán en condiciones también de emprender acciones legales tendentes a la recuperación de su inversión y a la reparación del daño patrimonial. Por Javier Cremades  abogado y presidente de Cremades & Calvo-Sotelo