Grandes esperanzas en los bancos centrales. Los inversores de todo el mundo tienen la esperanza en que por graves que sean los problemas económicos que afectan al mundo, una acción decidida de los bancos centrales, si hay voluntad para ello, podría solventarlos.

¿Pero es esto poco realista? ¿Se está sobrevalorando el poder de los bancos centrales como opinan voces autorizadas? Según Philip Poole, director global de Macro y Estrategia de Inversión de HSBC Global Asset Management, sí.

Poole es una de las mentes económicas más clarividentes que yo he encontrado en mi vida profesional, de ahí que acudo a sus opiniones cuando la situación lo requiere.

Philip Poole afirma que es evidente que hay una gran cantidad de incertidumbre de cara a las reuniones de los bancos centrales (ayer de la FED, y hoy del BCE), que es, obviamente, el objetivo inmediato. Los datos de crecimiento han sido débiles a nivel mundial. El telón de fondo es que existe la expectativa de que los bancos centrales tienen que actuar, pero la debilidad está ahí y es evidente.

Poole señala que hay margen para la decepción del mercado en este momento, y que el mecanismo de transmisión de la política monetaria a la economía real está muy roto. Estoy de acuerdo con Poole. Estamos en una época histórica de enorme relajación monetaria, por lo que medidas adicionales expansivas tienen un efecto ya muy residual.

Poole afirma que con independencia de lo que haga la Reserva Federal o el BCE, no va a haber una gran diferencia en las perspectivas de crecimiento global. Los mercados tienen que entender, añade Poole, que el crecimiento será bajo en los próximos años. Se presta mucha atención en los estímulos a corto plazo que pudieran proporcionar los bancos centrales, pero en mi opinión, no provocarán grandes cambios en los fundamentales.

En otras ocasiones hemos señalado en estas páginas, que la situación económica actual se debe más a factores estructurales como los demográficos, la recolocación geográfica de los centros productivos, el gran apalancamiento privado, etc…que a factores coyunturales como la crisis de deuda en Europa. Es cierto que estos últimos están provocando el deterioro de las expectativas actuales de crecimiento, pero vistos desde una perspectiva histórica, no son de gran importancia. Las tasas de crecimiento económico que hemos visto desde la Segunda Guerra Mundial no se repetirán, y como dice Poole, el mercado va a tener que acostumbrarse a lidiar con crecimientos mucho más modestos.

Poole sin embargo aconseja a los inversores que se abstraigan de los movimientos de corto plazo, y de factores como lo que puedan hacer los bancos centrales en los próximos meses. La incertidumbre de corto plazo, afirma, provoca que permanezca oculto el valor que presentan algunas compañías, que ahora están proporcionando una gran oportunidad de inversión.

Algunas acciones, añade, se han visto arrastradas por la ralentización del segundo trimestre, y han caído a niveles realmente baratos. “Esto nos ha proporcionado una gran oportunidad de inversión a la espera que se revierta el proceso, que nos generarán una interesante rentabilidad en los próximos dos o tres años”.

Creo que en el escenario actual las palabras de  Philip Poole son clarificadoras. En el día a día de los mercados, donde los volátiles movimientos son frutos de tal o cual declaración, o de la esperanza mayor o menor de nuevas medidas monetarias, creo que es más útil alejarse un poco de ese corto plazo, y fijar una perspectiva más amplia. Si hacemos eso, veremos como en una visión de largo plazo, y aún con crecimientos económicos muy bajos, como los que se esperan, el valor de muchos valores a nivel global, incluidos algunos españoles, han alcanzado niveles que nos proporcionarán rentabilidades por encima de la media histórica en los próximos años. Ahora dependerá de nosotros si somos capaces de asumir esa volatilidad, que no siempre es fácil. Carlos Montero – La carta de la Bolsa