La agenda institucional de los últimos días deja paso a una semana más abultada en datos macro. A destacar la publicación del avance del PIB del 3T12 de EEUU (viernes), cuyo crecimiento esperamos se sitúe en niveles cercanos al 2,0% anualizado.

En Europa, esperamos que el PIB del 3T12 del Reino Unido arroje un avance cercano al 0,6% en tasa trimestral. Además, conoceremos los primeros indicadores de actividad y de confianza a nivel de la zona Euro del mes de octubre (PMI e IFO; miércoles), que podrían corroborar la estabilización de las economías núcleo en la parte final del ejercicio.

Por último, señalar que el miércoles se reúne la Reserva Federal, aunque no esperamos cambios significativos, si acaso una ligera mejora de las expectativas económicas.

El saldo de la semana pasada fue positivo en el grueso de variables financieras, que empiezan a descontar un escenario con el Banco Central Europeo activando el programa de compra de deuda en el mercado secundario, una vez España haga efectiva la solicitud de ayuda. Menos optimismo se puede extraer del comunicado del Consejo Europeo, donde el retraso de la puesta en marcha del supervisor bancario único (imposible que esté operativo en enero de 2013, como se acordó en la reunión del pasado junio), pone en peligro el objetivo de romper la circularidad entre el riesgo soberano y el financiero. Este aplazamiento y la negativa de Alemania a asumir una recapitalización retroactiva, implica que la deuda pública generada por los rescates bancarios (las inyecciones de capital y la dotación de fondos para el banco malo) no se traspasará al ESM cuando éste comience a estar operativo, tal y como se había esbozado inicialmente en el Eurogrupo del pasado mes de junio.

Al contrario, el importe de los rescates seguirá consolidando como deuda pública. El ESM sólo se hará cargo de potenciales rescates una vez el supervisor bancario único esté en funcionamiento. Hasta ese momento, las recapitalizaciones bancarias serían asunto de ámbito exclusivamente nacional y no podrán transferirse al ESM en ningún momento. Esta decisión podría erosionar el muro de contención que se empezó a construir en las reuniones institucionales de finales de julio.

Y es que, además del importante paso que dio el BCE en septiembre (anuncio del OMT), para que el riesgo sistémico siga cotizando a la baja en todos los segmentos de mercado es absolutamente necesario que tenga continuidad la línea argumental de aquellas reuniones del Consejo Europeo y Eurogrupo. Sin un apoyo más decidido desde la esfera institucional de la zona Euro, la relajación de las tensiones que están soportando algunas áreas de mercado podría adolecer de la profundidad necesaria para fijar un entorno más constructivo en los próximos meses. Entorno que sí está respondiendo positivamente a las señales cíclicas recientes. En primer lugar, la pasada semana asistimos a la publicación de las últimas cifras de actividad de China, que dejaron un buen sabor de boca. En particular, destacó el crecimiento del PIB del 3T12, que aumentó un 7,4% en tasa interanual en el periodo. Así, la economía china arroja un crecimiento acumulado del 7,7% en los nueve primeros meses del año, con lo que todo parece apuntar a que se batirán las expectativas del crecimiento del Gobierno para 2012 (7,5%), reduciendo las probabilidades de un escenario de hard landing para la economía china. Además, los datos contemporáneos (producción industrial, ventas minoristas, sector exterior, inflación), cuyos registros han batido las expectativas, alejan aún más las probabilidades de este escenario.

En segundo lugar, señalar que en EEUU, al margen de una mejora de los registros de actividad y consumo tras el bache del verano, los últimos datos del mercado inmobiliario demuestran que la recuperación de este sector está cada vez más asentada. En este sentido, las viviendas iniciadas subieron un 15% en tasa interanual en el mes de septiembre. Sin embargo, a pesar del mejor tono cíclico de EEUU, todavía es pronto para revisar al alza las expectativas de crecimiento de cara a 2013, sobre todo cuando todavía no se ha resuelto de manera satisfactoria la situación del fiscal cliff (para lo que habrá que esperar como mínimo hasta las elecciones del 6 de noviembre). Además del sector residencial, cabe destacar la mejora tanto a nivel suministro como en precio que está teniendo lugar a nivel energético, que podría suponer una mejora competitiva para las empresas estadounidenses de cara a los próximos ejercicios. Banif