burbuja 2Los inversores tienen que saber que el mercado de acciones ya no está barato cuando incluso Warren Buffett no puede encontrar una ganga.

El inversor más famoso de la historia dijo en la CNBC hace unos días que las acciones estaban a precios » bastante razonables» y que ahora es difícil encontrar una buena compra.

Y el inversor multimillonario Carl Icahn se ha alineado con Buffett al señalar que las acciones están totalmente valoradas.

Creo que en estos momentos el mercado está dando una imagen falsa. Yo no creo que haya una gran cantidad de empresas que lo estén haciendo muy bien. Están aprovechando los bajos tipos de interés», dijo Icahn, quien agregó que no hay que ser un «genio» para darse cuenta de eso.

Al parecer benigna, la declaración se produce en lo que podría ser un momento crucial para el mercado, cuando los inversores están buscando una señal clara en medio de un mar de conflictos.

Además de estos comentarios, la semana pasada tuvo dos momentos importantes: la Reserva Federal engañó a la mayor parte de la comunidad inversora cuando decidió no recortar de su programa de compras de bonos por importe de 85.000 millones de dólares al mes, y los traders entraron en la renta variable con la mayor cantidad de dinero semanal en la historia.

Las acciones se dispararon a raíz de que la Fed mantuviera las medidas de estímulo, sin embargo, los mercados renunciaron a las subidas en las jornadas posteriores.

Los acontecimientos plantearon una pregunta inevitable respecto a si el mercado, después del pujante balance de la Fed de 3,7 billones de dólares de dinero barato, por fin ha chocado contra un muro y ha comenzado a desinflarse la burbuja que había emergido.

«Hacer burbujas es su manera de salir de los problemas», fue la manera en la que el reputado estratega jefe de mercado de Bank of America Merrill Lynch Michael Hartnett, denominó el enfoque del presidente de la Fed Ben Bernanke al mercado.

El análisis de Hartnett no era tanto que la burbuja ya había explotado, sino más bien una sugerencia de que tal vez todas las soluciones de la Fed habían provocado una burbuja con la que Bernanke era feliz.

En rueda de prensa tras la decisión, Bernanke no se disculpó por la decisión de la Fed y el tumulto que causó.

Pero muchos en el mercado no están contentos.

Los funcionarios de la Fed nunca han sido capaces de ponerse de acuerdo entre ellos mismos sobre qué es exactamente lo que constituiría una mejora «sustancial» en las perspectivas del mercado laboral para que comenzaran a detener las compras mensuales de activos. Como resultado de ello, han hecho un trabajo muy pobre de comunicación a los mercados sobre cómo deben medirse las mejoras en el mercado laboral.

Los problemas fueron más profundos que el simple nerviosismo de la Fed sobre el ritmo de la recuperación.

Los mercados han contado con presidentes de la Fed que proporcionaban una orientación clara sobre el futuro de la política monetaria, incluso a través del código matizado que Alan Greenspan proporcionaba y que Bernanke no ha seguido.

Algunos analistas y economistas se muestran frustrados con la Fed y su preocupación ha crecido en los últimos meses al ver que el banco central sigue utilizando políticas de crisis en ausencia de crisis – una política que conlleva riesgos que aumentan cuanto más persista.

Y es que al mercado se le ha dado demasiada autonomía para dictar la política de la Fed.

Cuando llegue el momentos del Taper (la reducción de estímulos de la Fed) y algún día llegará, la Fed no va a tener el coraje de seguir con la normalización monetaria, porque los mercados querrán más.

Los críticos se preocupan de que este tipo de políticas de la Fed siempre provocan burbujas, y que la subida del 150% del mercado de acciones desde los mínimos de marzo 2009 acabe en la última catástrofe provocada por un banco central.

El reputado inversor Doug Kass, de  Seabreeze Partners Management, cree que la Fed ha cavado un agujero del que no puede escapar.

Los inversores que tienen la esperanza de que la recuperación del mercado sea por el crecimiento y no por los miles de millones de flexibilización cuantitativa pueden ser los que pagan el pato. Carlos Montero.–  Lacartadelabolsa